Timbre 4 repuso Jamón del diablo
Txt. Nicole Baler @nicolebaler
Ni las
panzotas enormes de los últimos meses de embarazo de Ana Scannapieco e Inés Cejas
pudieron detener las ganas del elenco original (también compuesto por Diego
Faturos, Melisa Hermida, Tamara Kiper, Inda Lavalle, Haydeé Ortubia, Lautaro
Perotti y Claudio Tolcachir) de reponer Jamón del Diablo para el festejo de los
diez años de Timbre 4.
Por eso, Claudio Tolcachir, director de esta puesta, desempolvó el
guión y armó un verdadero cabaret en la sala de la calle México.
Inspirada
en la obra 300 millones de Roberto
Arlt, una pieza original estrenada en 1932, Jamón
del Diablo, una mezcla de cabaret, comedia musical, drama y humor absurdo,
cuenta las fantasías de una camarera que sueña con heredar una fortuna para
llenar su vida de aventuras y emociones. En ese ámbito fantasioso que todo lo
permite se mezclan la muerte encarnada en una mujer y una superheroína de carré
azul eléctrico. Claudio Tolcachir charló con Cultra acerca de esta nueva
apuesta que se puede ir a ver hasta el 26 de noviembre.
¿Cuándo y por qué surge la idea de reponer Jamón del Diablo luego de 10
años sin estar en escena?
Cuando empezamos a pensar en cómo festejar los diez años de Timbre 4 y pensamos en una celebración
nos dimos cuenta que la mejor fiesta que teníamos se llamaba Jamón del diablo y todo el elenco
original se moría de ganas de volver a hacerla.
¿Qué novedades trae esta puesta?
Esta vez la
hacemos en el espacio nuevo de Timbre 4
y el desafío era transformar este nuevo espacio en un cabaret: es más grande,
entra más público y eso hace que cambiaran algunas cosas de la puesta y la
disposición.
300 millones fue escrita hace 80 años, ¿mantiene su vigencia intacta? ¿O fue
necesario adaptar algunas cuestiones?
La obra de Arlt mantiene su vigencia
porque habla de los sueños, de las imposibilidades, de la tristeza que uno
puede albergar adentro hasta convertirla en tragedia si no es capaz de
transformarla. Habla de seres marginales que sueñan encajar en un mundo que les
es ajeno. Por supuesto que hay cuestiones de lenguaje o algunas situaciones que
hemos adaptado, pero el espíritu de la obra me resulta completamente
vigente.
¿Qué posibilidades abre un contexto de alegría y excesos como es el cabaret
para contar historias de abandono y desgracias?
Creo que en todo extremo convive su
opuesto y eso hace que se retroalimenten y se potencien también. La tragedia,
el abandono y el maltrato son moneda corriente, no necesariamente en un
contexto triste o lúgubre.
Todos los lunes de noviembre a las 21.30 en Timbre 4, México 3554. Entradas
a $60.
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